Quizá no muchos se preguntan porqué usamos unas palabras en lugar de otras quizá más propias, sentimos que son más apropiadas, más cercanas a lo que creemos es su significado. Si usted bautiza a un niño o niña con un nombre que le gusta, lo mismo sucede con los nombres de las empresas y así mismo, desde tiempos remotos, la gente ha bautizado montañas, ríos, acciones,adjetivos, etc. Incluso formas de gobierno, países y más. Dicha arbitrariedad se le impone a ciertos significados o explicado de otro modo, se bautiza con arbitrariedad, al azar, por una casualidad, como todo en esta vida.
Luego de un buen tiempo en uso, las palabras van mutando; de ese modo surgen nuevas lenguas también. Del latín surgen cuatro lenguas romances: el italiano, el francés, el español y el portugués. Si nota usted, hay cierta familiaridad todavía entre las palabras de los idiomas mencionados: montaña (E), montagne (F), montanha (P), montagna (I). Y note la diferencia con el inglés: mountain, aunque todavía hay cierta cercanía del vocablo, esto porque la mayoría de los idiomas occidentales provienen de otro más antiguo que el latín denominado Indoeuropeo.
Y luego, se van agregando los llamados neologismos o palabras nuevas como: quijotesco, cantinflesco, computadora, tacos, etc. Porque las lenguas no son definición de una Academia, son formas de comunicación que emplea la gente y ellos van dictando su uso y por ello muchos términos entran en desuso hasta que sólo se les puede encontrar en los libros de historia o lengua.
Hace poco leía una versión antigua de "El elogio de la locura" de Erasmo de Rotherdam y noté que acentuaban "fué" y "dió" porque la regla de no acentuar monosílabos vino recientemente. Esas partes de la gramática y la ortografía sí vienen de las Academias. Recuerde que la ortografía se aprende con la vista, pero depende del sentido del oído... por ejemplo: término, termino y terminó. Para poner el acento en el lugar correcto, necesitamos escuchar adecuadamente en dónde recae la fuerza de voz ¿en la "e", la "i" o la "o"? Y se pone la tilde siguiendo las reglas de acentuación que todos conocemos: si es aguda se acentúa siempre que la palabra termine en "n", "s" o vocal, etc.
Entonces, sabemos por esto, que en el futuro existirán idiomas como el salvadoreño, el mexicano, el argentino y el colombiano, entre otros. En cada lugar, a la fecha, ya se escuchan vocablos que sólo entiende la gente de su región. Mientras tanto, le seguimos llamando español o castellano y la Academia le aumenta unas 20 mil palabras por edición (cada año) al diccionario.
Joe Barcala