Entonces no lo creíamos. La situación del país se veía difícil, unos meses antes había estallado la guerra de Chiapas; se empezaban a sacar los trapitos al sol de un gobierno salinista lleno de mentiras y ventas al por mayor de las empresas que conocíamos como para-estatales. Ahora el candidato que se perfilaba ya como futuro presidente estaba muerto. ¿Qué pasaba? Había consternación nacional. La política se empañó tanto y las investigaciones del caso se volvieron a un nuevo magnicidio con el cuñado del presidente Ruiz Massieu. Y la Paca y la desaparición de un diputado que jamás se supo a dónde. Engaño tras engaño terminó el sexenio y el ex-presidente se escondió en Irlanda, donde tampoco lo querían.
A 20 años y el país se encuentra en peores circunstancias tanto económicas como políticas, con reformas llamadas estructurales que no son otra cosa que engaños y manejos de pactos como antaño, negociaciones en lo obscurito, y la compra masiva de diputados como nunca antes para dichas aprobaciones y el saqueo del país con un supuesto cambio que mejoraría económicamente a todos y cuyos frutos no se verán sino hasta que este copetón se presente a pedir asilo a Irlanda por lo que no sabremos a quien culpar y cómo nos pudimos dejar engañar. Y lo repudiaremos por años hasta que vuelva como padrino de un futuro presidente como lo hace ahora Salinas con el presente.
Pactos, saqueos, desaparición de periodistas, guerra en Michoacán, compromisos de campaña, venta masiva del país en litorales, los medios no hablan de lo que deberían. Lo lamento... esos 20 años antiguos se están repitiendo severamente. Ni parece que haya pasado nada. Y ahora es peor. La gente está muy molesta con el gobierno. Los servicios se han degradado, los robos se han multiplicado, el pueblo está saqueado. Y ahora son más cínicos, ahora hasta la oposición se muestra complaciente, antes eran más rebeldes, denunciaban todo y se llegaba a saber por ellos la verdad. Los que tenemos actualmente medio cantan y medio les creemos, se encubren unos a otros. Ni en los buenos amigos que llegaron a diputados son confiables ya. No le creo a ninguno, ni a los partidos que se han vuelto más de lo mismo, mucho menos al mesiánico AMLO que tiene extrapolados a sus seguidores con censurables argumentos violentos y maestros de una que otra fracción separatista de los sindicatos que no saben ni debatir, son ofensivos, radicales, anárquicos y grilleros.
Requerimos una opción seria y responsable que administre. No, mejor dos opciones serias, para que se desnuden unos a otros y podamos valorar mejor sus gestiones. Y hace falta que todos nos involucremos hasta la cocina, que cambiemos como sociedad para no dejarlos avanzar en la corrupción y vigilar cada uno de sus pasos. Medios masivos responsables y protegidos para que hablen de cualquier viso de engaño a la ciudadanía.
Joe Barcala
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