Usted y yo vivimos en la misma calle, hace un año hicimos una junta y decidimos, junto con otros vecinos de la calle, frente a la creciente delincuencia, trabajar en conjunto para obtener los permisos necesarios para poner una cerca que evite el acceso a personas no invitadas de los inquilinos de la calle. También juntamos dinero para invertir en cámaras de vigilancia y más iluminación, tres guardias para cubrir los turnos.
A los seis meses todo iba bien. Excepto que algunos vecinos se negaban a pagar o pagaban con dos meses de retraso o se molestaron con el presidente de los colonos porque su mascota siempre dejaba suciedades en el jardín frente a su casa. También se quejaban de que el Presidente no dejaba clara la información de la recaudación ni los gastos que se hacían del dinero común.
Pese a todo, con el pago de los demás vecinos, la calle fue embelleciéndose cada vez más y no se veían por las calles personas ajenas, no hay robos y los niños pueden salir a jugar a la calle sin peligros mayores.
Esta es una forma que se organizan las personas para crear bienestar común. Es lo mismo, pero a menor escala, que el gobierno de un país. Se hacen obras en beneficio de todos. Pero cuando no hay transparencia, es lógico que muchos se molesten; cuando hay trato injusto, cuando la seguridad no ha mejorado, cuando se descuidan los servicios públicos, cuando no se detiene a los criminales, cuando se roban el dinero de la comunidad, etc., los vecinos, ciudadanos, no nos sentimos a gusto con el grupo que se ha adueñado del poder.
Peor aún es cuando quienes más dinero y terreno tienen en esa calle, se les perdona la cuota porque "benefician" dando empleo a los demás o cosas por el estilo, cuando deberían pagar más por tener mayor cantidad de bienes qué cuidar, más terreno que limpiar, etc. Y como en las escuelas, hay casos de personas que deberían recibir una beca, porque no cuentan con lo necesario para sobrevivir. A nadie debería molestarle hacer un acto de solidaridad con los más necesitados, especialmente si al menos ellos, son los únicos que se hacen cargo de atender al personal de la caseta. En las ciudades, son las personas más lastimadas económicamente quienes mantienen funcionando la maquinaria, cubriendo turnos extra, haciendo tareas que nadie quiere hacer, trabajando mientras los demás vacacionan, etc.
Esto no está nada bien. Necesitamos romper el paradigma. La calle es de todos, los recursos que tenemos a nuestro alcance son propiedad de todos, propiedad común (el parque, la calle, los árboles de la calle, la caseta, las cámaras, la reja, son equivalentes a los bosques, el petróleo, las carreteras, el alumbrado, los parques, los edificios públicos, etc.). Eso de dejar que uno se haga cargo de la administración de la calle no es muy sano. Cierto es que algunos vecinos tienen tanto trabajo que no pueden involucrarse mucho en el trabajo común, pero también es cierto que es muy perjudicial que se deje abandonada la tarea del grupo. Que se descuide a los gobernantes para que hagan de las suyas. Se vuelven criminales, rateros, manipuladores y controladores. Como ciudadanos, no debemos permitir que el gobierno siga saqueando las arcas y beneficiando a sus amigos en detrimento de la calidad de vida de los demás. Negocian con los criminales para quitar a unos y darle a otros. Suben las cuotas vecinales (impuestos) y despilfarran el dinero público. Si fuera mi en mi calle, no permitiría que se tomara una decisión si no fuera colegiada. Una reunión al mes para revisar las cuentas, los gastos y los problemas que tenemos todos como vecinos para decidir el futuro de nuestro patrimonio. Así mismo debemos actuar con el gobierno. Evaluar constantemente su desempeño y destituirlo si no se conduce con claridad y transparencia, si toma decisiones que no benefician al pueblo.
Tener un Congreso era la supuesta solución. Se reúnen un grupo de vecinos para tomas las decisiones a nombre de los demás. Pongamos que sí, pero los demás vecinos pueden pasar y aportar sus ideas; no por el hecho de no ser del grupo legislativo han perdido su voz y voto en las decisiones que son en beneficio de todos. Especialmente si ha quedado demostrado que las decisiones que están tomando han sido garrafales, han llevado a la miseria al país, han autorizado la venta de nuestro territorio o de nuestros recursos naturales y si se han acostumbrado a tomar decisiones al vapor, en beneficio siempre del mismo grupo y en detrimento de la calidad de vida de los ciudadanos y del bien común.
Joe Barcala
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