Muy simple sería decir que es el arte verbal, porque la literatura expresa con las palabras algún sentimiento o idea, del mismo modo que la pintura lo hace en un lienzo jugando con los colores o la danza con el cuerpo. Porque aunque cierto, es una definición limitada. No basta con saber usar los tropos o figuras literarias, lo cual le reduciría a un trabajo mecánico. La literatura no es un artificio, como lo intentaba institucionalizar el formalismo ruso.
Notemos primeramente que en la historia, cada manifestación literaria ha variado en la utilización de las palabras; es decir, en Edipo Rey encontramos términos hoy en desuso, incluso de las traducciones que se hicieron hace 200 años encontramos palabras que hoy nos son ajenas ("Resuena el peán"). También expresan mundos y costumbres diferentes (!oh Zeus padre!, destrúyelo bajo tu rayo."). Con ello, a nivel mecánico, podríamos reproducir obras antiguas, usando su lenguaje y sociología. Pero la literatura es mucho más que eso también.
Se trata de un encuentro con la humanidad y la vida; donde esa mecánica no es más que un vehículo. El escritor puede hacer novela histórica, pero se retrata a sí mismo en ella (eso le quita lo histórico, porque la vuelve actual). Un ejemplo de ello es la diferencia entre las películas que han hecho del Titánic: En las anteriores películas se mostraba a los personajes como se supone que vivieron el acontecimiento. En la versión de Cámeron, con Leonardo Di Caprio y Kate Winslet hay una muestra de la historia combinada con la repercusión presente (la búsqueda de un tesoro) y el desdén que tenían algunos por el dolor de quienes perdieron a sus familias o vivieron la tragedia. La anciana Rose les hace viajar al pasado, a sentir como ellos encararon la tragedia. Luego volvemos al presente y vemos cómo la anciana montó a caballo, voló en aeroplanos y vivió una vida sin Jack; callando su nombre y su heroísmo hasta poco antes de morir. Es una historia que considera a un lector (cinéfilo) presente, que lo lleva a encontrarse con un mundo de opulencia, separado de la tercera clase. Una historia que invita a valorar la vida humana, por encima de la ambición, de la ciencia o la tecnología.
La literatura es el encuentro con el dolor, el amor, el arte, la emoción, la seducción, la ambición, el rencor acumulado de años, las tonterías de un líder o su desmitificación, la emoción de conocer el hielo, la aridez en el corazón de un polígamo o la soledad de un naufrago. Y el artificio, la parte mecánica, es como la cámara del cineasta, que te enseña a verlo con puntos de vista específicos para que puedas comprender la magnitud de esos sentimientos, de esa experiencia de vida en particular.
Por ello, no podemos reducir la literatura a un Arte Verbal. Forzosamente debemos considerar su retrato de la realidad social, del ambiente en la vida del autor, de las consideraciones en la historia específica del personaje y después de eso ya, valorar el efecto que causa el orden en el que nos cuentan la historia, las palabras que usó el narrador, los tropos o la separación capitular.
Notemos primeramente que en la historia, cada manifestación literaria ha variado en la utilización de las palabras; es decir, en Edipo Rey encontramos términos hoy en desuso, incluso de las traducciones que se hicieron hace 200 años encontramos palabras que hoy nos son ajenas ("Resuena el peán"). También expresan mundos y costumbres diferentes (!oh Zeus padre!, destrúyelo bajo tu rayo."). Con ello, a nivel mecánico, podríamos reproducir obras antiguas, usando su lenguaje y sociología. Pero la literatura es mucho más que eso también.
Se trata de un encuentro con la humanidad y la vida; donde esa mecánica no es más que un vehículo. El escritor puede hacer novela histórica, pero se retrata a sí mismo en ella (eso le quita lo histórico, porque la vuelve actual). Un ejemplo de ello es la diferencia entre las películas que han hecho del Titánic: En las anteriores películas se mostraba a los personajes como se supone que vivieron el acontecimiento. En la versión de Cámeron, con Leonardo Di Caprio y Kate Winslet hay una muestra de la historia combinada con la repercusión presente (la búsqueda de un tesoro) y el desdén que tenían algunos por el dolor de quienes perdieron a sus familias o vivieron la tragedia. La anciana Rose les hace viajar al pasado, a sentir como ellos encararon la tragedia. Luego volvemos al presente y vemos cómo la anciana montó a caballo, voló en aeroplanos y vivió una vida sin Jack; callando su nombre y su heroísmo hasta poco antes de morir. Es una historia que considera a un lector (cinéfilo) presente, que lo lleva a encontrarse con un mundo de opulencia, separado de la tercera clase. Una historia que invita a valorar la vida humana, por encima de la ambición, de la ciencia o la tecnología.
La literatura es el encuentro con el dolor, el amor, el arte, la emoción, la seducción, la ambición, el rencor acumulado de años, las tonterías de un líder o su desmitificación, la emoción de conocer el hielo, la aridez en el corazón de un polígamo o la soledad de un naufrago. Y el artificio, la parte mecánica, es como la cámara del cineasta, que te enseña a verlo con puntos de vista específicos para que puedas comprender la magnitud de esos sentimientos, de esa experiencia de vida en particular.
Por ello, no podemos reducir la literatura a un Arte Verbal. Forzosamente debemos considerar su retrato de la realidad social, del ambiente en la vida del autor, de las consideraciones en la historia específica del personaje y después de eso ya, valorar el efecto que causa el orden en el que nos cuentan la historia, las palabras que usó el narrador, los tropos o la separación capitular.
Joe Barcala